¿Qué nos pasa a las mujeres que
cuando nos volvemos madres, algo que nunca supimos que teníamos dentro se
activa y nos volvemos obsesivas con algunas cosas en relación a nuestros hijos?
En esta oportunidad sólo me voy a
referir al hecho de cuidarlos y preocuparnos por ellos sobremanera. Y desde ya lo aclaro porque nosotras las madres
tenemos miles de obsesiones, por eso soy específica.
Mi obsesión empieza desde
temprano, ni bien dejo a mi Cata en la guardería, llevo conmigo mi celular bien
cargado a todos lados, con el volumen al máximo para estar atenta a cualquier
llamada o urgencia que se pudiera presentar.
No dejo ese bendito aparato ni cuando voy al baño.
Algunas veces, cuando he tenido
que salir por trabajo y dejo a la Cata con su papá o con el papá de Rolando o
con mi mamá o con mi hermana (los menciono a ellos ya que son los familiares a
los que más frecuenta), además de dejar todo súper listo, estoy en constante
contacto con ellos. Ni bien salgo, llamo
o envío un whatsapp preguntando cómo se quedó mi hijita. Al rato nuevamente me comunico con ellos para
saber si se encuentra bien, si ha comido o para que me cuenten en qué
anda. Y claro, mi celular está siempre a
la vista, encima de la mesa o lo tengo en mis manos y siempre estoy muy atenta
a cualquier sonido que éste pueda hacer.
Y la situación es igual cada vez
que salgo con Rolando, mi esposo. Si
estamos comiendo, mi celular siempre está cerca. Si vamos al cine, igual, lo dejo en las
rendijas para la gaseosa y de todas maneras lo reviso de vez en cuando y le
hago seguimiento a la persona que se quedó cuidando a mi linda, para confirmar
que todo está ok, que ella está bien y así quedarme tranquila y seguir
disfrutando de la velada.
Es que una como madre, quiere que
nuestros hijos siempre estén bien cuidados, que no les pase nunca nada y hasta
a veces uno llega a sentir que tu pequeño retoño no estará jamás tan bien
cuidado como contigo.
Pero lo que pasó el viernes
pasado me dejó pensando bastante sobre este tema.
Como todos los días, recogí a mi
Linda de la guardería y me recibe la Directora y me explicó que la Cata había
tenido dos pequeños accidentes. Mi
corazón comenzó a latir conforme ella me explicaba lo que había sucedido y ya
mi nivel de estrés y preocupación se disparó a mil. En eso se abre la puerta y sale mi hijita
corriendo y feliz a recibirme. Tenía en la frente un moretón por una lata que
le cayó encima, al derrumbarse la torre que estaba haciendo. Además tenía un
raspón horrible en la parte izquierda del mentón, parecía un corte. Imagino que coincidiré con muchas de ustedes
al decir que verla con sus heridas me dolió más a mí, que lo que le pudo doler
a ella y mi corazón de alguna forma se estrujó.
La miré bien, la abracé mucho, pero ella estaba de lo más normal y hasta
me hablaba de otra cosa.
Y me di cuenta que aunque quiera,
no voy a poder tener a mi hija en una burbuja para que no le pase nada. Las heridas, sean estas físicas o no, se van
a cruzar por su camino y a lo largo de toda su vida, de todas maneras. Incluso se pueden sacar la mugre estando
nosotras ahí, porque así son los niños, son curiosos, traviesos por naturaleza,
además recién están desarrollando sus capacidades motrices, así que de que se
van a caer, se van a tropezar, se van a golpear, es de hecho.
Sólo nos queda tener paciencia,
guardar la calma, ser un buen soporte para ellos y consolarlos con muchísimo
cariño, cuando haga falta.

La sensación de no poder protegerlos siempre es horrible, pero es normal.
ResponderEliminarYo tb llevo el móvil encima todo el día y hasta me he comprado una batería portátil por si se me gasta, jejeje
Jajaja, me has dado una buena idea con lo de la batería portátil. Gracias!
EliminarSí! somos mamás gallinas!!! es que es lo más preciado que tenemos, al menos tú la dejas con alguien para salir con tu esposo al cine, y tienes varias opciones, yo he postergado salidas si no se puede quedar con mi hermana, es en la única en que confiamos ciegamente, poque la cuida desde chiquita, pero muchas veces tiene sus actividades así que cargo a mi beba conmigo a todos lados!! son contadas las veces que la dejo el sábado en la mañana con mi hermana y volamos a hacer miles de cosas!!!
ResponderEliminarEl papá gallina no quiere que ni vaya al nido!! imaginate!! jejeje
Uy Patricia, es que tampoco se lo vas a dejar encargado a cualquiera, ¿verdad? El tema del nido es complicado, realmente necesitan ustedes los padres sentirse bien con el nido elegido y eso a veces es difícil. ¿Te imaginas cómo será con el colegio?
EliminarKreo ke todas somos asi mamas gallinas !!!!!! kon ellas en físico o no(dejándola en el nido o con alguen de confianza ) yo no tengo kon kien dejarla aparte no podria,llevo a mi hija a todos lados ya esta grandecita pero igual le gusta ke la cargue y todo eso se engrie mucho .SOY MAMÁ GALLINA ������������KON MUCHO ORGULLO!!!!!������������
ResponderEliminarFelicitaciones, Ruth, estoy segura que eres una excelente Mamá Gallina! Es que nadie los va a cuidar como nosotras o no?
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