Estoy
convencidísima de que el convertirme en madre me ha traído súper poderes y
habilidades que antes no tenía. Uno de
ellos y tal vez el que más valoro es el de la sordera selectiva.
CASO
1
Acordamos
con unos amigos en que ellos llevan a mi Cata y a su nena al cole en las
mañanas y yo las recojo a la salida. Las
dos niñas son unas loritas hermosas, además cantan, gritan y a veces hasta se
pelean. Todo esto puede estar pasando en
el asiento trasero del carro mientras yo voy manejando en medio del tráfico, tranquila
e imperturbable. Mi salvación: una buena dosis de mi música favorita. No es que no les preste atención, mi cerebro
está programado para guardar la calma y sólo ponerme en alerta en determinado
momento. Si nada de lo anterior sucede,
sigo mi camino animosa y contenta.
CASO
2
Mi
suegro, que es bien conversador me está contando de su última salida con sus
amigos del Adulto Mayor. En ese mismo momento, mi Cata me comienza a contar
sobre un problema que tuvo con una amiga del colegio. Ninguno guarda silencio para dejar que el
otro hable, los dos hablan al mismo tiempo sin importarles que el otro está
hablando también y los dos me hablan a mí. Obviamente, dejo de escuchar a mi
suegro y le doy prioridad a mi hija. Sin
embargo, también he tenido situaciones en las que, con una habilidad que sólo
los súper héroes de Marvel podrían tener, logro escucharlos a ambos, sigo
atentamente lo que me cuentan, les contesto y les sigo la conversación, al
mismo tiempo. ¡Soy lo máximo!
CASO
3
En
el carro vamos adelante mi esposo y yo y en la parte de atrás por lo general van
mi Cata y mi suegro. Yo me encierro en
mi burbuja, siempre con buena música y me pierdo mirando la calle o el
paisaje. Al ratito comienzo a sentir a
mi esposo un poco fastidiado. Luego, su malestar es tan grande que no puedo
seguir evitándolo y le pregunto “¿qué pasa?”.
“Hablan
mucho y al mismo tiempo” Refiriéndose a los dos pasajeros de atrás.
“¿Y?”
Le pregunto de nuevo.
“Estoy
manejando, ¿puedes hacer algo?”
Y
es sólo en ese momento que noto a mi Cata cantar y al abuelito hablar sin
parar. Trato de explicarle a mi esposo
que así es mi vida, que mi habilidad es aprendida, pero él no quiere saber nada
de eso y se molesta.
CASO
4
Cuando
la gente habla por hablar. Cuando te dan un consejo que tú no has pedido. Cuando quieren imponer una idea sobre la
tuya. Cuando critican tu manera de criar o de hacer las cosas. Me ha pasado
miles de veces desde que nació mi Cata.
Al principio te choca, te molesta, te incomoda, pero luego con alguito
de práctica te vuelves una experta.
¡Sordera
selectiva querida Eco-Lover! Es una herramienta que te ayudará a
vivir en el mundo de la maternidad sin sobresaltos y te mantendrá cuerda. Porque la ignorancia es atrevida y porque nadie
sabe más que tú, lo que tu hijo necesita.
Cuéntame,
¿tú también sufres de sordera selectiva?, ¿con cuál de estos cuatro casos te
identificas más?

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